Alba Hogar: Bayona-Biarritz (lo que el tiempo nos dejó)

Lo que a todas luces se preveía uno de nuestros más románticos viajes de fin de semana, se quedó en el más mojado (y sin ninguna connotación sexual) de nuestros viajes de fin de semana.

Y es que yo, aunque a veces no lo pueda parecer soy una mujer muy romántica,tanto que he conseguido que el hombre más desapegado y poco afectivo de la tierra muchas veces me sorprenda, así que se lo merece todo, y por ello le organicé un viaje al sur de Francia, algo que no fueran muchas horas de viaje así que el destino elegido fue Bayona y Biarrtiz.

Bayona es localidad situada en el suroeste de Francia, situada en la confluencia de los ríos Nive o Río Errobi y Adur, cerca del Mar Cantábrico, en el departamento de los Pirineos Atlánticos, forma parte al mismo tiempo, de la provincia histórica vascofrancesa de Labort y de la región cultural de Gascuña. Lo de Aquitania fue lo que más me emocionó, ya me veía yo por allí a lo Leonor de Aquitania.
Lo organicé hace un par de meses y todo pintaba de maravilla.

Cuando llegamos según aparcamos nos recibió esta vista.

La catedral de Santa María: Esta catedral ojival, comenzada en 1213, está coronada por dos campanarios de 85 m de altura. Acoge el sepulcro de San León, patrón de la ciudad. Un claustro de 1240 está anexo a ella en su zona sur. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998, como monumento del Camino de Santiago en Francia.

Es visita obligada:

Château-Neuf
Château-Vieux
la Ciudadela.
Catedral
Museos

Cuenta con el Museo Bonnat y el Museo Vasco, aunque la visita a este último fue rapidamente descartada, ir de Bilbao allí a ver un Museo Vasco no tenía mucho atractivo, el cual sin duda para mi reside en sus calles y construciones.

Muy típicas de la zona y por las cuales te transportas enn el tiempo y te parece ver aparecer a D'Artagnan entre sus calles.

Tambien cuenta con comercios y cafés de un encanto único, desde luego si vais no os perdaís sus dulces, son riquísimos, y aunque en otras partes del País vasco es más difícil de encontrar allí es muy habitual el pastel vasco, repostería que particularmente me encanta.

En la visita no pueden faltar tampoco la iglesia de Saint André (y eso que no soy muy de iglesias) ni tampoco los comercios, la ropa quitando las marcas que todos conocemos tiene un puntito más de sofisticación, las chocolaterías son impresionanates e increíblemente caras, aunque por una vez merece la pena.

Como podeís ver en las fotos el tiempo decidió no acompañar y os aseguró que en todo el día debió estar en total 1 hora sin llover pero a intervalos. Por lo que llegamos al hotel totalmente empapados, ducha caliente, paracetamol para el dolor de garganta y pañuelos para los molestos mocos que acudieron sin remedio a mi nariz.

Al día siguiente tras un copioso desayuno nos dirigimos al destino turístico de ese día Biarrtiz. Precioso de verdad, podría utilizar muchos más adjetivos rimbombantes, pero la realidad es muy simple, digno de ver, y en esta parte he de pedir perdón porque las fotos no le hacen justicia, pero es que la climatología era aún peor que la del día anterior.

Vista desde el faro.

Las contrcciones son muy bonitas, no en vano fue en el modelo en el que se basaron para hacer san Sebastian.

El casino de Biarritz fue inaugurado el 10 de agosto de 1901 y sus playas hacen de la ciudad un centro turístico. El surf encuentra en Biarritz uno de los puntos más importantes para su práctica. Biarritz vive de cara al mar. Fue en su origen un pueblo ballenero. En el siglo XIX los médicos recomendaban los baños de mar en Biarritz por sus propiedades terapéuticas.

Biarritz alcanzó la fama en 1854, año en que la Emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, hizo construir un Palacio en la playa hoy día conocido como Hôtel du Palais. La Familia Real Británica pasó temporadas en Biarritz.

Entre sus principales intereses turísticos (yo diría que todo) cabe destacar:

Musée de la Mer (Museo de la Mar), que tiene 24 acuarios, con tiburones y ballenas.
La iglesia ortodoxa rusa, edificada en el siglo XIX para la colonia de aristócratas rusos, con su conocida cúpula de color azul (yo la vi blanca).
La Chapelle Imperiale (Capilla Imperial), construida para la emperatriz Eugenia de Montijo, con abigarrada decoración y azulejos en los muros.
Museo del Chocolate, sobre este producto.
Dos grandes casinos, llamados Barrière y Bellevue, frente a la Grande Plage.
La virgen de la roca